En Árbol y Tierra, estamos comprometidos con abordar los desafíos interconectados del cambio climático, la deforestación y la vulnerabilidad comunitaria. Nuestro trabajo se centra en generar soluciones adaptables que fortalezcan a las comunidades locales, restauren los ecosistemas y construyan resiliencia frente a las amenazas ambientales.
Argentina experimenta un aumento sostenido de las temperaturas, sequías más frecuentes y eventos climáticos extremos que afectan tanto a las personas como a la naturaleza. En el último siglo, las temperaturas promedio han aumentado casi 1 °C, con regiones como la Patagonia y el Chaco enfrentando incrementos aún mayores. Estos cambios afectan la seguridad hídrica, la agricultura y la salud de los ecosistemas y las comunidades.
Ante la creciente imprevisibilidad de las lluvias, es fundamental fomentar métodos agrícolas que mejoren la eficiencia hídrica y la resiliencia de los cultivos.
Rehabilitamos bosques y humedales degradados, capaces de capturar hasta 200 toneladas métricas de CO₂ por hectárea a lo largo del tiempo, contribuyendo a mitigar los impactos climáticos sobre las comunidades.
Colaboramos con aliados estratégicos para promover transiciones hacia energías limpias, reduciendo la dependencia de combustibles no sostenibles y disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
Argentina alberga algunos de los bosques más valiosos del mundo, entre ellos el Gran Chaco, las Yungas y los bosques patagónicos. Solo en 2024, el país perdió cerca de 150.000 hectáreas de bosque nativo, con tasas de deforestación entre las más altas de América Latina. Esta pérdida conlleva una grave disminución de la biodiversidad, altera los ciclos hídricos y acelera el cambio climático.
Usamos tecnología emergente y alianzas locales para vigilar los cambios en la cobertura forestal y responder rápidamente a las amenazas.
Abogamos por una aplicación más rigurosa de la Ley de Bosques Nativos y promovemos políticas de uso del suelo que armonicen conservación y desarrollo.
Impulsamos alternativas como la agroforestería, el ecoturismo y la producción maderera certificada, reduciendo la presión sobre los ecosistemas forestales.
Las comunidades de todo el país —especialmente las rurales e indígenas— desempeñan un papel clave en la protección de los recursos naturales. Su participación es esencial para lograr una conservación eficaz y una adaptación climática justa.
Brindamos apoyo legal para que las comunidades obtengan el reconocimiento de sus territorios, lo cual está directamente asociado con menores tasas de deforestación y mejores resultados ecosistémicos.
Trabajamos junto a organizaciones de base, aliados internacionales y gobiernos locales para desarrollar estrategias de conservación que reflejen prioridades y conocimientos locales.
El trabajo de Árbol y Tierra se basa en la colaboración, la innovación y un profundo respeto por las personas y los ecosistemas de Argentina. Al abordar desafíos regionales con soluciones escalables y basadas en datos, buscamos generar un impacto duradero tanto para la naturaleza como para las comunidades.